Cuando queremos comprar un ordenador nuevo, muchas veces nos paramos a pensar en cuánta memoria RAM necesitamos para nuestro día a día. Es fácil dejarse convencer por los vendedores, o las ganas de tener lo mejor de lo mejor. Pero antes de gastar nuestros duramente ganados ahorros, debemos pensar el uso que le vamos a dar al equipo, y para ello nada mejor que consultar esta guía sobre memoria RAM.
Cómo elegir la memoria
En todos los casos, lo normal es comprar la RAM en una cantidad par de módulos. De esta forma se puede aprovechar una característica de las placas base (las de hace unos pocos años a esta parte la tienen) que permite usar ambos módulos a la vez durante la ejecución de tareas (lo que se conoce como Doble Canal). Por eso me centraré en cantidades de memorias múltiplos de 2. Para sacar rendimiento a 4GB de RAM o más, hay que usar un sistema operativo de 64 bits.
Debéis tener cuidado también a la hora de elegir la memoria que los disiparadores que incluyen no choquen con el ventilador de la CPU, ya que algunos modelos, sobre todo los de overclocking, son realmente grandes y ocupan parte de la placa más allá de la zona dejada para la CPU. Podréis deducir por las fotografías si son de perfil bajo o no.
Velocidad máxima y overclocking
Los chipsets actuales de Intel de la generación Haswell aceptan velocidad de memoria de hasta 1600 MHz, algunos permiten aprovechar velocidades mayores mediante overclocking de la RAM. En el caso de la generación Skylake, la velocidad base de la DDR4 es de 2133 MHz (bastante mejor para jugar), y el chipset Z170 permite aumentar esa velocidad. El chipset H81 acepta hasta 16GB de RAM, y el resto de chipsets Haswell actuales aceptan hasta 32GB, mientras que los Skylake soportan hasta 64 GB. Podéis consultar nuestro artículo sobre placas base (motherboards o placa madre) para saber más al respecto.
Si compráis memoria de más velocidad no pasa nada, ya que es compatible pero funcionará a la velocidad a la que le limite vuestra placa base. En caso de que el procesador, la placa y la memoria sean compatibles con Intel XMP (Extreme Memoty Profile o perfiles de memoria, lo más habitual es que así sea), podréis hacerlas funcionar a la velocidad real de la memoria sin tener que recurrir aloverclocking. Habitualmente tendréis que activarlo en la BIOS, y en las placas AMD se denomina AMP.
Latencia
Un parámetro a tener en cuenta a la hora de comprar memoria es la latencia. Es un parámetro que indica lo rápido que es capaz de acceder la memoria a los datos que guarda y que puede ser interesante para diferenciar dos memorias de misma frecuencia. Como regla general, para no entrar en grandes detalles técnicos, es que cuanto menos latencia mejor.
La diferencia de rendimiento de una memoria de 1333 MHz frente a una de 1600 MHz es notable a la hora de jugar, pero una de 1600 a 1866 no lo es tanto. Pero los que queráis rebañar algún fps más de vuestra tarjeta gráfica es recomendable que siempre compréis la de mayor frecuencia que admita vuestra placa. La diferencia entre una de 1600 y una de 2133 MHz puede ser de 2 ó 3 fps, mientras que de 1333 a 2133 puede ser de hasta 7 fps (1080p, calidad media).
El parámetro de latencia lo veréis representado como 9-9-9 o similar en las hojas de características de los módulos de memoria. Son los valores de sub-timing o subtiempos. Tenéis un excelente artículo (en inglés) en la página de AnandTech al respecto si queréis saber qué indica cada valor exactamente. Cuanto más bajos sean, mejor.
Hay que tener en cuenta que al aumentar la frecuencia de la memoria los subtiempos subirán, pero los tiempos de acceso, medidos en nanosegundos, serán menores, por lo que no os preocupéis si vuestra memoria 1600 tiene 9-9-9 y vuestra memoria 2133 tiene 11-11-11. Es un parámetro que a misma frecuencia permite distinguir cuál es más rápida. Además, en una gran cantidad de aplicaciones afecta más el ancho de banda disponible (que se basa en la frecuencia) que la latencia.
1GB ó 2GB
Esta cantidad es escasa, pero suficiente para pequeños ordenadores con Linux que hagan de Media Center o que vayamos a destinar a navegar por internet, trabajar un poco con LibreOffice o crear otros servicios en el entorno de nuestra red doméstica como un NAS o similares. Con Windows se hace más necesario 2GB si quieres hacer algo realmente con él, aunque Windows 8 va mejor con esta cantidad que Windows 7.